Fumar un habano Cohiba no es un simple acto: es un ritual sofisticado. Desde la selección de la vitola adecuada hasta el encendido correcto, cada etapa representa una conexión con la historia, la tierra y la cultura de Cuba.
1. El ritual de fumar:
- Elección del habano según la ocasión, el tiempo disponible y la intensidad deseada.
- Corte preciso con guillotina o punch, sin dañar la capa.
- Encendido parejo, girando el puro lentamente sin tocarlo con la llama directamente.
- Degustación pausada, permitiendo que los sabores evolucionen por tercios.
2. El maridaje perfecto:
Cohiba combina maravillosamente con ron añejo, whisky escocés, cognac, vino oporto e incluso café espresso o chocolates oscuros.
3. Aromas y sabores posibles:
- Notas de cedro, cacao, madera envejecida, cuero, pimienta dulce y toques de vainilla o frutos secos.
4. Vitolfilia – la pasión por coleccionar:
Muchos aficionados no solo fuman habanos: coleccionan las anillas. Estas pequeñas obras gráficas cambian con cada edición, y algunas alcanzan valores importantes en el mercado de coleccionistas.

5. Conservación y cuidado:
- Ideal: 16–18°C, 65–70% de humedad.
- Guardarlos en humidores de cedro con higrómetros calibrados.
- Evitar el refrigerador: reseca el habano.
- Vigilar signos de broca del tabaco (pequeños agujeros).
6. El Cohiba Behike:
Con su vitola exclusiva y el uso de la hoja “medio tiempo”, es considerado el habano más lujoso del mundo. Lanzado en 2006, su sabor cremoso con notas de vainilla, nuez y especias lo hacen inconfundible.
7. Lo blanco en el habano:
Puede ser un moho natural benigno, señal de buena conservación. Se retira con un cepillo seco.
Diferencia entre habano y puro blend:
Un habano es 100% cubano: tierra, semilla y torcedor.
Un puro blend, en cambio, mezcla tabacos de distintas regiones como Nicaragua, Honduras o República Dominicana, ofreciendo más variedad pero menos autenticidad.