Fundada en 1844 por los hermanos alemanes August y Hermann Upmann, la marca H. Upmann representa uno de los legados más ricos y singulares del mundo del cigarro. Más que simples productores, los Upmann fueron verdaderos pioneros dentro de la industria tabacalera cubana. Con visión empresarial y un agudo sentido de la innovación, transformaron la forma en que los cigarros eran almacenados, presentados y valorados por los consumidores.
Uno de sus aportes más influyentes fue la introducción de las cajas de cedro como medio de almacenamiento, una práctica que no solo mejoró la conservación del tabaco, sino que definió un estándar de elegancia y funcionalidad que aún se mantiene vigente. Hermann, quien además era banquero de profesión, utilizaba estas cajas como obsequios de cortesía para sus clientes financieros. Así nació una forma de marketing discreta pero poderosa, que unía calidad con presentación y convertía al cigarro en un artículo de distinción.
Con el paso de los años, H. Upmann se consolidó como una marca sinónimo de suavidad, balance y elegancia, posicionándose tanto en Europa como en América. Sin embargo, fue un hecho histórico el que inmortalizó a la marca en la cultura popular: el expresidente estadounidense John F. Kennedy era un apasionado de sus cigarros. La anécdota cuenta que, justo la noche anterior a firmar el embargo comercial contra Cuba en 1962, Kennedy encargó personalmente a su secretario de prensa, Pierre Salinger, la compra urgente de 1,000 cigarros H. Upmann Petit Coronas. Solo después de tenerlos asegurados, firmó el decreto que marcaría un antes y un después en el comercio del tabaco.

Aunque la vitola favorita de Kennedy fue descontinuada en los años 70, H. Upmann no perdió relevancia. La marca continuó evolucionando, incorporando nuevas líneas y mezclas que mantienen su esencia clásica mientras exploran perfiles de sabor más modernos. Hoy, sus producciones —especialmente las ediciones limitadas o las series como la Connossieur— siguen atrayendo a aficionados exigentes en todo el mundo.
Además de su versión cubana, gestionada por Habanos S.A., existe una línea de H. Upmann no cubana, producida principalmente en la República Dominicana bajo el grupo Altadis USA, que también goza de excelente reputación, especialmente en el mercado norteamericano.
La historia de H. Upmann es la prueba viva de que una marca puede trascender generaciones no solo por su calidad, sino por su capacidad de innovar, adaptarse y generar vínculos emocionales con quienes la eligen. En cada anilla, en cada capa de cedro y en cada trazo de humo, H. Upmann sigue contando una historia de elegancia atemporal y compromiso inquebrantable con la excelencia.