Entre las marcas más emblemáticas del universo del habano, Punch destaca no solo por su calidad sostenida, sino también por su curiosa historia de origen. Fundada en Cuba en 1840 por un empresario alemán de apellido Stockmann, esta marca fue concebida desde el inicio con una visión clara: conquistar el mercado británico.
El nombre elegido no fue casualidad. Inspirado en el popular espectáculo de marionetas “Punch and Judy”, muy conocido en Gran Bretaña desde el siglo XVII, Stockmann dotó a la marca de un toque culturalmente familiar para el público inglés. Estas representaciones, caracterizadas por su humor satírico y tono grotesco, formaban parte del imaginario colectivo británico, lo cual hacía que el nombre “Punch” resonara no solo con simpatía, sino también con una dosis de entretenimiento y cercanía. Fue, en definitiva, una estrategia de marketing audaz para su época.
Desde sus inicios, los cigarros Punch ofrecieron una combinación atractiva de sabor, presencia y carácter. El logotipo de la marca —que aún presenta a Mr. Punch con su típica sonrisa socarrona— reforzaba esta conexión emocional con los fumadores del Reino Unido, quienes encontraban en estos cigarros un producto que hablaba su lenguaje cultural, pero con el sello inconfundible del tabaco cubano.

A lo largo de su historia, Punch ha sabido adaptarse a los vaivenes del mercado y a los eventos históricos que transformaron el panorama del tabaco. Como muchas marcas centenarias, también vivió la división entre su versión cubana y no cubana tras la Revolución de 1959. El embargo comercial de Estados Unidos impulsó a productores e importadores a establecer nuevas líneas fuera de Cuba, siendo Honduras el país donde renació la marca Punch en el mercado estadounidense, de la mano de fabricantes como Villazon & Co. y, más adelante, General Cigar Co.
Lejos de diluirse, esta expansión geográfica permitió que Punch mantuviera su legado. Los Punch hondureños, si bien distintos a los cubanos, han sido valorados por su construcción robusta, su sabor consistente y su excelente relación calidad-precio. Mientras tanto, la versión cubana de Punch, elaborada por Habanos S.A., sigue representando la tradición clásica, con mezclas balanceadas, notas amaderadas y una evolución suave que ha conquistado paladares en todo el mundo.
Hoy en día, Punch continúa siendo un referente global. Es una marca que ha sabido honrar sus raíces culturales y tabacaleras, ofreciendo a los aficionados una experiencia rica en historia, sabor y personalidad. Ya sea en sus formatos más tradicionales o en sus ediciones especiales modernas, cada cigarro Punch conserva ese espíritu original que lo conecta —a través del tiempo y el humo— con una historia tan singular como duradera.